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Gràfiques Manlleu adquiere una XL 106

  • Publicado el 15 de Mayo de 2019

Si miramos con mucho detalle etiquetas de cervezas, refrescos o café soluble, es muy posible que encontremos un símbolo en forma de mano izquierda. Existe una semiótica del lenguaje de las manos, las usamos muchas veces para expresar estados de ánimo, reacciones o incluso para simbolizar alfabetos. Las manos hablan, y esta Mano Izquierda nos quiere decir muchas cosas.

Este icono que distingue las etiquetas que salen de Gràfiques Manlleu nos explica los orígenes, nos descubre una forma de trabajo (con mano izquierda) y nos ayuda a entender que detrás de una etiqueta impresa encontraremos un equipo de personas que hacen el trabajo bien hecho, cuidando cada detalle con el mimo de una mano que acaricia.

El amor por la cultura fue el detonante que hizo que Tonet Contijoch, abuelo del actual Director General, se iniciara en 1919 en el mundo de las artes gráficas. El fundador de Gràfiques Manlleu se refería a la imprenta como «las bellas artes de Gutenberg».

En 1919, Manlleu, Barcelona, era una pequeña población de unos 6.000 habitantes y en sus inicios la imprenta fue un pequeño taller tipográfico al servicio de la industria municipal, formada básicamente por el negocio textil. Años después y tras el prematuro fallecimiento de Tonet Contijoch, Joan, su hijo, asumió el mando de la compañía.

Jordi Contijoch Sala, Director General y propietario de la compañía, y José Barón Baena - Director de Calidad e infraestructuras / Purchasing
Jordi Contijoch Sala, Director General y propietario de la compañía, y José Barón Baena - Director de Calidad e infraestructuras / Purchasing

Con la visión estratégica de la segunda generación llegaron las primeras inversiones en maquinaria offset multicolor. La mejora en tecnología incrementó sustancialmente la calidad y eficiencia de la empresa y este nuevo escenario amplió la cartera de clientes y multiplicó la oferta de trabajos. Fue a mediados de los 90 cuando la compañía empezó a tener los primeros contactos con el sector alimentario y, desde entonces hasta hoy, Gràfiques Manlleu se ha especializado en el sector del etiquetaje de papel encolable para innumerables sectores, entre los que se encuentran sectores como Beer, soft drinks, water, dailly mill, preserved, confectionery, entre otros, con cuentas tan relevantes como Nestlé, Coca-Cola, Mahou San Miguel, Suntory y Pascual. En febrero de 2017, Joan Contijoch, ideólogo del actual espíritu de la empresa, murió de forma repentina e inesperada y Jordi Contijoch, dentro de un contexto de profunda tristeza, asumió el 100% de la Dirección y la propiedad de la compañía.

En un mercado altamente competitivo y extremadamente exigente, hoy Gràfiques Manlleu es una empresa en crecimiento y con un plan de viaje muy bien establecido. Con presencia en todo el territorio nacional, norte de África y Europa, sus exportaciones ya superan el 15% de sus ventas directas y el porcentaje asciende al 40%, si contamos las exportaciones indirectas. Jordi Contijoch, tercera generación y actual Director General y propietario de la compañía, mira el futuro de su empresa con un claro objetivo: seguir creciendo. Nuevas inversiones en tecnología, ampliar sus instalaciones productivas y seguir adaptando la plantilla para cubrir las nuevas necesidades de la empresa ha de permitir a Gràfiques Manlleu seguir la misma dinámica para crear una buena base que fundamente su nivel de desarrollo.

En la sala de impresión, la nueva Heidelberg Speedmaster XL 106 comparte actualmente espacio de trabajo con 3 Roland 700. Cambiar no es sencillo y Manlleu valoró de una forma minuciosa esta nueva inversión. Jordi nos confiesa, «la visita al PMC en Wiesloch fue importante a la hora de decidir y comprobar la verdadera performance del equipo». Las instalaciones de Gràfiques Manlleu no dejan indiferente. Te mueves entre pallets repletos de etiquetas que forman parte de nuestro ideario popular, las máquinas no dejan de tragar y escupir pliegos y sobre el papel encontramos infinidad de filigranas que conforman trabajos excelentes.

Apenas hace un mes que la XL está en producción y es difícil valorar hoy las diferentes propiedades del equipo, pero tal como nos comenta Barón, jefe de producción, la máquina apunta maneras: rapidez en tirada, con una importante bajada en la merma productiva, fantástica en los cambios y muy fiable a altas velocidades. «Actualmente, estamos ya produciendo a 10.000 copias por hora, pero, para nosotros, las 18.000 son un requisito que cumplir», comenta Jordi. La imprenta trabaja con soportes entre 60 y 90 gramos y ese escenario, sumado al rendimiento actual del equipo, les hace pensar que pronto estarán en la frontera de las 18.000 copias.

En la sala de post encontramos 3 trenes de corte de Polar, el último en entrar ha sido un Polar Autocut 25. Hace tiempo que la empresa confía en Polar como partner tecnológico en corte y este nuevo equipo ya no ha generado expectación, porque la fiabilidad de la marca es un factor obvio para Manlleu. Esta línea de corte POLAR Autocut 25 está especialmente diseñada para las líneas de producción de etiquetas y ha conseguido los máximos niveles de eficiencia y producción del mercado.

Analizando la situación de la empresa y las perspectivas de futuro, Jordi nos comenta: «Observamos un crecimiento orgánico de un 5-10% anual. La estrategia pasa por invertir en tecnología enfocada a la mejora constante de los procesos. Esto supone una apuesta decidida para aumentar la productividad, lo cual también te permite disponer de más flexibilidad, para atender a una demanda cada vez más cambiante y con menos horizonte de previsión. En este sentido seguimos apostando por un estándar de calidad de producto elevado, controles de calidad exhaustivos y una capacidad de servicio personalizada para cada cliente, junto con un asesoramiento constante en el desarrollo o lanzamiento de nuevos productos».

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